Recuperar la felicidad y la alegría de nuestra niñez

¿Quisieras ser feliz como un niño una vez más?

Todos los días al despertar, dejamos que la mente vuele hacia el futuro, planificando y programando el resto del día. Hacemos  planes, nos preparamos mentalmente para esa presentación, para la reunión, la clase, la oficina, los documentos, los pagos. La mente no para ni un minuto. Desayunas algo pero más que nada ingieres horarios, citas inquebrantables, planes estrictos. Tu cuerpo está aquí en la mesa de la cocina o comedor diario pero tu mente está muy lejos, en la oficina, en una reunión de trabajo que te urge porque está por comenzar. Esto te produce ansiedad y desasosiego.

¿Alguna vez pensaste que apenas te das tiempo para sentir que cuando te levantas por la mañana es tu niño interno e inocente el que comienza un nuevo día con energía renovada y entusiasmo?¿No extrañas sentirte como los niños otra vez?

Cuando estamos con amigos queridos o nuestros propios hijos somos como niños otra vez, nos reímos de cosas insignificantes y hacemos tonterías. Estos momentos no permiten que la edad nos corte la alegría que todos tenemos dentro. Tal vez no puedas compartir estos pequeños momentos con ellos todos los días, pero sí podrías tomarte 15 minutos de tu tiempo para encontrarte con ese amigo interior y revivir la alegría de la niñez. Esto es factible y más fácil si comienzas a meditar.

La meditación te permite soltar el control y sentirte inocente y juguetón una vez que eliminas las creencias erróneas que tienes sobre ti. Una vez que te sueltes podrás seguir  estos consejos para vivir una vida más joven y alegre.

• Pon alegría a tus tareas cotidianas, pon música suave y alegre. A pesar de los horarios estrictos que tengas que cumplir, puedes poner un poco de alegría a tus tareas diarias y sentirte un niño de nuevo.

• Si estás arreglando el jardín, ¿por qué no hacer algo chiquito de adorno con las flores?

• Mientras estás ordenando el cuarto, ¿por qué no bailar como cuando eras niño frente al espejo?

• Si vas a hacer deporte a algún lado invita a alguno de allí a tomar un cafe después.

• Organiza una comida con los colegas o empleados de la oficina.

• Cuando hagas tus practicas diarias de respiración tal vez puedas hacerlas en un parque para variar.

Podrías disfrutar más de todo lo que hagas con solo ponerle un poco de alegría, como hacen los niños. De adultos, comenzamos a juzgarnos por lo que podemos y no podemos hacer, «¡No…bailar solo en el cuarto no, no! ¡Qué ridículo! ¿Cantar? mmmmm. ¡Jugar no es para mi!»

Practicar regularmente la meditación te hará sentir tan libre y abierto que prácticamente podrás hacer cualquier cosa con facilidad y disfrutar mientras lo realizas. Imagina la alegría de terminar el mismo trabajo en menor tiempo y divertirte muchísimo mientras lo haces.

Deja ir tus preocupaciones y ríete de tus errores.

¿Has visto que los niños no se preocupan por nada? Si cometiste un error, es posible que sientas que sea un drama y que el mundo se derrumbará por tu error pero ¡no es así! ¡Deja de preocuparte  por todo!  Te sorprenderías al ver que no pasa nada, que el mundo no termina ni es tan terrible lo que pensabas.

Comienza a reírte de tus errores y a no tomarlos tan en serio. ¿Vale la pena llorar sobre la leche derramada? No, ya se salió, ya es inútil llorar y castigarse. Lo que ya ocurrió es irreversible. Acéptalo, atraviésalo y sigue adelante. Si no puedes deshacer lo que ocurrió, ¿por qué arrepentirte? Ríete y si puedes enmendar tus errores, hazlo inmediatamente sin esperar, pero ríete de cualquier manera.

Por momentos es normal que te sientas mal por tus errores; la meditación será para ti lo que una brisa fresca es en un día soleado. La meditación te ayuda a mirar más allá sin que te pegues duro y te juzgues por lo que salió mal y ver que solo ocurrió y que no fue a propósito. Cuando cambias tu percepción de la vida, verás que perdonarte o perdonar a otros no es una tarea difícil. Y dejar ir tus preocupaciones no será tan complicado como piensas. Así que la próxima vez que cometas un error, ¡ríete!

Recuerda que eres un adulto joven. ¿Te has estado diciendo últimamente: “Siento que perdí la juventud” o “No puedo hacer las cosas con el mismo vigor y vitalidad”? Si con frecuencia piensas así, tal vez sea eso lo que te esté haciendo sentir más avejentado. En lugar de decirte a ti mismo que eres viejo, recuerda que eres un adulto joven. ¡Eres un cúmulo de juventud!

Hacer tus practicas de respiración todos los días te ayudará a vivir como un adulto joven, porque podrás hacer las cosas con entusiasmo natural. Cuando te conectas con esa fuente de energía interna a través de la meditación, verás que aquello que parecía ser tan difícil como mover una montaña, es tan solo un juego. Y si el grado de trabajo te exige que dediques más energía, sácala de tu reserva interior a través de la meditación.

No te guardes lo que sientes. No acumules mal humor. Cuando regañas a un niño llora a gritos, pero un poco más tarde se olvida de lo que pasó. Sin embargo  los adultos nos guardamos los sentimientos , inútilmente. La meditación limpia la basura de sentimientos que te has guardado durante años y te robaron el niño interno. Y una vez terminada esa limpieza, tus ganas de jugar son casi inevitables.

Tu reserva de energía, de creatividad y de juventud no es algo que puedes perder fácilmente. Es como una reserva de agua. Cuánto más utilices más se reabastecerá. ¡Si no la usas se estancara! Así que usar todo lo que puedas lo antes posible es de gran inteligencia.

Pero lo más importante es que te sientas como un niño, y disfrutes de ellos. Nunca dejes de aprender de los niños. Con la meditación disuelves tu ego para ser el maestro de tu mente y el alumno de un niño.

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Basado en el Conocimiento de Sri Sri Ravi Shankar